domingo, 15 de febrero de 2009

.Té negro.


Evidencias sobre el té negro

Especialistas británicos realizaron una revisión sistemática para determinar si el consumo de té negro tiene efectos positivos o negativos para la salud.


Después del agua, el té es la bebida que más se consume en el mundo. En el Reino Unido se lo utiliza desde hace unos 350 años; en Asia, desde hace más de 4000. Una encuesta realizada en Gran Bretaña en 2002, indicó que el 77% de las personas, tanto hombres como mujeres, consumen un poco más de medio litro de té por día. El consumo principal se da en mayores de 50 años, siendo menor en los jóvenes de 19 a 24 años.

Los doctores Gardner, Ruxton y Leeds estudiaron las evidencias que existen sobre el uso del té negro. En su revisión, publicada en el European Journal of Clinical Nutrition en enero de este año, encontraron evidencias suficientemente convincentes de que la ingesta de 3 tazas o más de té negro está vinculada a una disminución del riesgo de enfermedad coronaria. El mecanismo a través del cual se produce este beneficio podría estar relacionado con el contenido de polifenoles del té, ya que éstos poseen una acción antioxidante.

Algunos experimentos han sugerido que los flavonoides, otra sustancia que contiene el té, podrían atenuar el riesgo de cáncer. Si bien los estudios epidemiológicos realizados no pudieron demostrar estos efectos fehacientemente, existen evidencias moderadas de que el consumo de esta infusión podría disminuir el riesgo de cáncer de colon.

Los autores de la revisión destacan que, a pesar de que se realizaron aún pocos estudios, existe una evidencia moderada de que el té negro tendría un efecto positivo sobre la densidad mineral de los huesos. También indican que esta infusión tendría un efecto inhibidor sobre la placa dentaria con la consecuente disminución de las caries. Las evidencias en este sentido son limitadas y además, el consumo del té negro favorece la ingesta de fluoruros, que serían en última instancia los encargados de brindar este efecto protector.

Los investigadores señalan asimismo que no hay evidencias serias de que el consumo de té negro pueda ser dañino para la salud cuando es consumido dentro de los parámetros habituales. A pesar de que algunos estudios han vinculado al consumo de té con la aparición de anemia, los autores indican que no es cierto, a menos que se trate de una población en riesgo, por ejemplo, los ancianos. El contenido de cafeína por cada taza de té es inferior a 250 mg, y una ingesta moderada parecería ejercer alguna mejoría sobre la “performance” mental de las personas, mejorando el estado de alerta y el estado de ánimo, incrementando la capacidad de procesar información. No son evidentes, según los autores, los efectos sobre la duración del sueño, dado que el té no es una bebida con alto contenido de cafeína.

Con respecto a la hidratación, los investigadores explican que el consumo de té es una fuente importante de líquidos, principalmente en los ancianos, a pesar de la creencia de que las bebidas con cafeína pueden producir una pérdida neta de líquidos y llevar a la deshidratación. Los estudios que mostraron pérdidas significativas de líquidos por cafeína, se realizaron utilizando dosis muy elevadas administradas en forma endovenosa.

Los autores concluyen que el consumo de al menos 3 tazas de té negro por día disminuye el riesgo de enfermedad coronaria, y la ingesta de 1 a 6 tazas diarias produce un incremento significativo de la capacidad antioxidante del plasma sanguíneo. Superado este límite, la ingesta sí puede resultar perjudicial para el organismo.

Ver artículo original: http://www.nature.com/ejcn/journal/v61/n1/full/1602489a.html